El destino muchas veces se disfraza de casualidad para poner en tu camino, a personas que te ayuden a conseguir tu propósito. Pero cuando resulta que tu propósito no es otro que ayudar al que se ha cruzado en tu camino, la casualidad se convierte en perfección.
Juan Carlos Martín Jiménez se cruzó en mi camino cuando necesité contactar con un periodista que me ayudara en la promoción de los escritores a los que represento. Cual fue mi sorpresa cuando me dijo si no me importaba valorar un relato que tenía olvidado en un cajón. Evidentemente accedí complacida sin ser consciente de lo que me encontraría. Aquella noche, de regreso a casa aproveché el viaje en tren para empezar a leer su manuscrito. Si mi parada hubiese sido la última de la línea, les puedo asegurar que me hubiese bajado en la penúltima. Si alguna vez, que espero que así sea, leen LOS JUEGOS DEL ABISMO, entenderán porque les digo esto.
Aquellas escasas 35 páginas me enseñaron como un periodista se podía transformar en un gran escritor. Al día siguiente lo primero que hice, nada más llegar al despacho, fue llamarle. Quería ser su editora. Le dije que tenía un grandísimo talento, que con la tremenda imaginación que se escondía en alguna parte de su cerebro, escribiría grandes historias y que debía de transformar esas 35 páginas en una novela.
El resultado tiene un nombre: LOS JUEGOS DEL ABISMO.
El que avisa no es traidor. Si lo que buscan es una novela que les ayude a conciliar el sueño por la noche, se han equivocado de título.
En las primeras páginas conocerán a Marta y Jorge, una pareja de desconocidos que viven en Madrid, y que el destino ha unido para que vivan despiertos la peor pesadilla que uno se pueda imaginar. Cuando las puertas del metro en el que viajan no se abran a su llegada a la estación de Valdecarros, prepárense para vivir con ellos una agónica lucha por sobrevivir. En las profundidades de Madrid se encontrarán con la maldad personificada, con el dolor de los que no consiguieron sobrevivir y con tres puertas que deberán cruzar si quieren volver a ver la luz del sol. Sus vidas dependerán de la astucia en las pruebas que les obliguen a superar.
Estoy segura de que más de un lector alzará la voz en un intento de ayudar a los protagonistas, al igual que Bastian ayudó a que el Reino de Fantasía no pereciera ante la Nada.
Espero que disfruten de este viaje a las profundidades de Madrid… si se atreven.
Angels Fortune
